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Todos los lunes, Série Limitée da la palabra a un experto en bienestar. Esta semana, Pauline Mornet, autora de “No-Cook Book” que escribió durante el confinamiento junto a la nutricionista estadounidense Beata Rydyger, explica cómo adoptar fácilmente una dieta equilibrada a diario.
¡Comer sano sin cocinar es posible! Espacios reducidos, falta de tiempo o falta de ganas… a veces parece difícil preparar comidas nutritivas y satisfactorias. Sin embargo, un plato, un cuchillo e ingredientes de calidad pueden ser suficientes para crear menús coloridos y equilibrados. Llegar a la mesa nunca ha sido tan rápido y fácil.
Paso 1: tener los productos adecuados disponibles
Lo primero que hay que hacer es tener siempre comida sana a mano en casa:
– Muchas frutas y verduras se pueden comer crudas y no requieren preparación (col, zanahoria, apio, pimiento, rábano, tomate…).
– Piensa también en hierbas frescas (cilantro, perejil, eneldo) que aportarán mucho sabor y vitaminas a tus platos. Guarde sus hierbas en frascos de vidrio para un almacenamiento más prolongado.
– Las conservas de verduras (alcachofas, remolachas, etc.), legumbres (lentejas, garbanzos, guisantes, alubias) y pescados (sardinas, caballas) son excelentes opciones cuando no se quiere cocinar.
– Los productos lácteos como el yogur natural o el queso de cabra también te serán de gran utilidad para potenciar tus preparaciones.
– Además de su gran valor nutritivo, los frutos secos, las almendras y las semillas (chía, calabaza, sésamo…) aportarán textura a tus platos.
– Piensa en pasta y papel de arroz que se pueden preparar simplemente con agua caliente.
– Prefiere el pan de masa madre, que es más digerible, para tus bocadillos y tostadas.

Paso 2: construye tu plato
Cuando construyas tu plato siempre comienza eligiendo las verduras que formarán tu base. El Dr. Franck Lipman, especialista en medicina integrativa y funcional, ofrece ‘el plato perfecto’: una ensalada a base de rúcula (rica en sulforafano como el brócoli) y pepinos, cubierta de alcaparras, aceitunas y sardinas. Agrega un chorrito de aceite de oliva y jugo de limón. En poco tiempo tienes un plato sano y nutritivo.
Con el mismo principio puedes hacer la ensalada mexicana que parece un burrito deconstruido: tomates, cilantro, aguacate, maíz y frijoles negros.

Paso 3: postres fáciles y saludables
Las hierbas y especias también serán útiles para pequeños dulces. Aportarán el toque que marca la diferencia y satisfará tus papilas gustativas. Por ejemplo: espolvorear un carpaccio de naranja con canela. O combine cubos de mango con hojas de menta.
Otra opción gourmet: makis de plátano. Extienda una capa delgada de mantequilla de almendras en una envoltura de trigo integral. Coloque su plátano entero en un lado de la envoltura y enróllelo firmemente. Agregue un poco de mantequilla de almendras al plátano envuelto y espolvoree con semillas de cacao. Cortar el rollo en trozos para crear el maki.

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paulina mornet